Citrus sp.
RutaceaeEl injerto es un híbrido, una combinación de dos especies para generar una nueva. La introducción de nuevas especies y variedades, la búsqueda de nuevas tecnologías, la optimización de resultados, está ligada a la agricultura desde sus inicios y las obras clásicas de Historia Natural. Tratados como el de Plinio el Viejo incluyen numerosos ejemplos de esos procesos que, por su facilidad de control, solían realizarse en los jardines y no en los cultivos alejados de las viviendas. En Sevilla, una ciudad donde desde el periodo andalusí abundaban los cítricos, un médico de mediados del siglo XVI, Nicolás Monardes, aventuró el posible origen de este tipo de especies frutales en su Tratado sobre los Cítricos. A propósito del injerto, Monardes insiste varias veces en su convencimiento de que los diferentes cítricos cultivados fueron creados haciendo uso de esta técnica. A Nicolás Monardes (1508-1577) se debe la incorporación a la farmacopea de Europa de numerosas plantas medicinales americanas. Este médico sevillano contó entre sus propiedades con un huerto en el que sembró y cultivó plantas, muchas de ellas de origen americano, como el tabaco, que se utilizaba por sus propiedades analgésicas, los pimientos, el girasol o las cuentas jaboneras. Se trataba de un jardín de aclimatación y experimentación, mantenido por Monardes para disponer fácilmente de plantas medicinales que poder utilizar en sus tratamientos médicos. Los huertos urbanos de algunos eruditos como Monardes sirvieron para que Europa empezara a conocer las nuevas especies que a través de Sevilla vinieron de América.